Los peligros para la economía de unos precios demasiado bajos

Un descenso prolongado de precios, consecuencia de un desplome de la demanda, se traduce en una caída de beneficios empresariales, lo que a su vez provoca destrucción de empleo y empuja a la recesión. Pero no parece que la deflación amenace aún a España.

Los precios crecieron en octubre cuatro décimas respecto al mes anterior, la mitad que en el mismo periodo de 2012. De esta forma, la inflación interanual ha caído al -0,1%, registrando la primera tasa negativa desde el año 2009. Desde el punto de vista del consumidor, que los precios bajen parece una estupenda noticia, pero un descenso continuado de la inflación, lo que en términos económicos se conoce como deflación, también puede provocar efectos negativos en una economía, especialmente si, como sucede con la española, apenas acaba de asomar la cabeza de un prolongado periodo de recesión. «Si se produce una situación continuada de caída de precios, los consumidores podrían retrasar sus decisiones de compra a la espera de más rebajas, las empresas también frenarían sus inversiones y al final, en una especie de pescadilla que se muerde la cola, no se genera crecimiento», explica Javier Urones, analista de la agencia de inversión XTB.

Sin embargo, todos los expertos coinciden en que el fantasma de la deflación no parece en condiciones de dar demasiados sustos en esta ocasión. «El dato es llamativo, pero no deberíamos alarmarnos demasiado, una crisis financiera como la que hemos vivido suele acompañarse de una caída de precios justo cuando ya se está dando la vuelta», explica Urones. Estas son algunas de las claves para entender cómo ser comportarán los precios en los próximos meses.

¿Qué es exactamente la deflación?
Para que haya deflación tiene que haber un periodo largo, al menos seis meses, de bajadas consecutivas de la inflación subyacente, la que no tiene en cuenta los elementos más volátiles del IPC (la energía y los productos frescos).

¿Corre realmente España riesgo de entrar en deflación?
No. Gobierno y analistas coinciden en que la caída de la inflación en el último año es una cuestión puntual, provocada por el efecto escalón de la bajada del IVA y de la subida de tasas universitarias el pasado año. En este sentido, Juan José de Lucio, director del servicio de estudios de las Cámaras de Comercio, cree en octubre «la inflación ha tocado suelo y que a partir del próximo mes las cifras empezarán a ser moderadamente positivas».
¿Es positivo que caigan los precios?
La deflación es muy peligrosa. La caída prolongada de precios, consecuencia de un desplome de la demanda, se traduce en caída de beneficios empresariales, e incluso en pérdidas, lo que a su vez provoca destrucción de empleo y profunda recesión. Pero esto no es lo que se espera para España.

¿Qué perspectivas hay para la inflación española?
Los expertos creen que en noviembre o a más tardar diciembre el IPC volverá a tasas positivas, y se podría cerrar el año con una inflación del entorno del 0,5%. El ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó ayer que el IPC de octubre es una «anomalía transitoria» y que la inflación volverá al terreno positivo en los próximos meses. En la Comisión de Economía y Competitividad del Senado, el ministro subrayó que en los próximos meses «veremos como vuelve a positivo», para añadir, eso sí, que se mantendrá en el entorno del 0,5% en el futuro, algo «nuevo» para la economía española. Para José Ramón Pin Arboledas, catedrático de Administración Pública del IESE, la bajada de precios en octubre no sólo no es inquietante, sino positiva. «Creo que favorecerá el consumo, y que el verdadero riesgo ahora, más que de una posible deflación, es el de una inflación demasiado elevada, porque la confianza del consumidor está subiendo y la entrada de capitales va a producir un aumento de liquidez que podría disparar los precios».

¿A quién beneficia una inflación moderada?
En un entorno de contención de salarios y pensiones el hecho de que los precios apenas suban es positivo para trabajadores y pensionistas que podrán así conservar su poder adquisitivo o al menos que se deteriore demasiado. La subida del 0,25% en las pensiones el próximo año no parece tan escasa ante las perspectivas de una reducida inflación. Para Juan Iranzo, decano presidente del Colegio de Economistas de Madrid, estas cifras son el reflejo de la devaluación interna que ha llevado a cabo nuestro país. Iranzo explica a este diario que en crisis anteriores, cuando se recurría a la devaluación de la moneda para aumentar la competitividad de la economía, la última vez en 1993, se generaba mucha inflación. Ahora hemos conseguido una devaluación interna, con contención de precios y salarios, lo que ha permitido acabar con las tensiones inflacionistas que hasta hace poco eran habituales en nuestra economía.

¿Y a quién perjudica?
Sobre todo a quien está endeudado. Una elevada inflación hace que las deudas se diluyan. También Hacienda recauda más cuando los precios suben mucho, ya que el IVA o los impuestos especiales se aplican al precio de los productos, por lo que cuanto más alto es ese precio más impuestos se pagan.

¿Y qué es lo mejor para la economía española?
Sin duda una moderada subida de precios. El BCE ha fijado como objetivo de estabilidad el 2%, una línea roja que en España se ha superado con demasiada frecuencia, con la consecuente pérdida de competitividad.

(Noticia extraída de ABC)

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